Antes de sumarme al programa estaba muy angustiada. Estaba muy exigente conmigo misma y con mis propias obras. Quería encajar en algo y que a todo el mundo le guste y ganar mucho dinero y etc. Ahora siento que mi creatividad es sagrada y que no la voy a descuidar por todo lo anterior. Ahora mis creaciones son desde la seguridad de que todo lo que creo es valioso e importante, porque son primero para mi y mis guardianes, luego para compartir.

Me encantó el silencio compartido. Y sigo maravillada con las propuestas de cada semana. Cada ejercicio tenía intención lúdica y parecían ejercicios "livianos". Pero de pronto una estaba sumergida en profundidades y entendiendo cosas personales. Creo que ese tipo de ejercicios, donde no te das cuenta que te vas sumergiendo en lo profundo, son valiosísimos, porque de algo chiquito y cotidiano, se puede abrir un mundo de exploración y comprensión de la realidad y de una misma.